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El PLA (ácido poliláctico) destaca como un material líder en impresión 3D debido a su asequibilidad y resistencia. Derivado de fuentes naturales, como el almidón de maíz, este polímero biodegradable es ideal para objetos cotidianos, exhibiciones artísticas, maquetas y prototipos. Aunque posee una resistencia general, es importante considerar sus limitaciones, como la menor resistencia al calor y a los rayos UV. Con la capacidad de soportar temperaturas de hasta aproximadamente 60-70°C, el PLA ofrece versatilidad y eficacia, siendo una elección confiable para una amplia gama de proyectos.

El filamento ABS es un material con muy buena  resistencia al calor, soportando hasta los 100ºC aproximadamente. Es conocido por su durabilidad y resistencia al impacto, lo que lo hace ideal para piezas funcionales y prototipos en los que la resistencia es una prioridad. Sin embargo, es menos adecuado para piezas con detalles delgados debido a problemas de adherencia en superficies pequeñas. Es una opción sólida para aplicaciones que requieren resistencia y robustez.

El filamento PETG es una elección destacada para impresión 3D, ofreciendo durabilidad y resistencia al calor y a los rayos UV. Capaz de soportar temperaturas de 70-80°C, es ideal para piezas funcionales, prototipos de ingeniería y aplicaciones mecánicas. Aunque puede presentar una definición superficial ligeramente menor que el PLA en algunas situaciones, su rendimiento excepcional lo convierte en una opción confiable para proyectos exigentes.

El filamento ASA se erige como una elección verdaderamente versátil para la impresión 3D, sobresaliendo por su excepcional resistencia al impacto, a la intemperie y a los rayos UV. Esta robustez lo convierte en la opción preferida para proyectos al aire libre, donde la durabilidad es esencial. En comparación con el ABS, el ASA presenta notables mejoras, incluida una adherencia entre capas superior y una mayor resistencia a la humedad, consolidándolo como un material avanzado para aquellos que buscan rendimiento y fiabilidad.

El filamento flexible, también conocido como TPU (poliuretano termoplástico), es ideal para imprimir piezas que requieren flexibilidad y elasticidad. Es excelente para aplicaciones que involucran juntas, sellos, calzado, fundas de teléfonos y cualquier objeto que deba doblarse o estirarse. Su flexibilidad lo hace versátil para proyectos que implican movimiento o constante manipulación.

El filamento de Nylon se erige como una elección destacada en el mundo de la impresión 3D gracias a su inigualable resistencia y durabilidad. Esta versátil opción es particularmente sólida para la fabricación de piezas diseñadas para resistir el desgaste y perdurar en el tiempo. Su aplicabilidad se extiende a entornos de alta fricción, siendo perfecto para la creación de engranajes y rodamientos que demandan una resistencia excepcional. Además de su robustez, el filamento de Nylon se distingue por su capacidad para resistir productos químicos, convirtiéndolo en una opción idónea para entornos adversos donde la exposición a sustancias corrosivas es una consideración crítica.

La resina estándar es un material de impresión 3D ampliamente utilizado para obtener detalles finos y precisos en piezas. Ofrece una excelente calidad superficial y una amplia gama de colores. Sin embargo, la resina estándar tiende a ser frágil y no es la mejor opción para aplicaciones que requieren resistencia mecánica. Esta opción es ideal para joyería, figuras detalladas y prototipos que no enfrenten cargas significativas y que únicamente serán piezas de exposición.